Hola a todos,
después de probar durante 2 meses las gafas de realidad virtual HTC-Vive, creo que es un buen momento para escribir sobre ellas. No voy a hacer una review al uso sobre el producto describiendo cada componente, eso ya está de sobra cubierto en internet. Considero que es mucho más interesante que os cuente de primera mano mi experiencia.
La entrada está dividida en 3 secciones o grupos: Simuladores - Juegos - Demos
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Vamos a ello...
SIMULADORES
La primera vez que probé el A10 de DCS en las HTC Vive estaba con mi amigo Edu, también piloto y apasionado de la tecnología como yo.
Elegimos una misión de acción rápida, que empezase en el aire, no queríamos perder tiempo en tierra rodando, queríamos volar ya. Sale la pantalla de briefing y al aceptar... aquí estoy, abordo de un A10 a miles de pies de altura en alguna parte de Europa de Este. Lo primero que hago es acomodarme en la silla y todo lo que me rodea se mueve como si estuviera dentro de la cabina, incluso la sensación de golpearte la cabeza con la cúpula está ahí.
Elegimos una misión de acción rápida, que empezase en el aire, no queríamos perder tiempo en tierra rodando, queríamos volar ya. Sale la pantalla de briefing y al aceptar... aquí estoy, abordo de un A10 a miles de pies de altura en alguna parte de Europa de Este. Lo primero que hago es acomodarme en la silla y todo lo que me rodea se mueve como si estuviera dentro de la cabina, incluso la sensación de golpearte la cabeza con la cúpula está ahí.
Agarro la palanca de vuelo y hago un pequeño viraje a la derecha, instintivamente inclino la cabeza hacia el mismo lado y entonces... veo el ala y debajo de ella dos Sidewinders, un Maverick y si me asomo más, alcanzo a ver una GBU en el encastre. El tamaño de las cosas es el real, no el que tu monitor te muestra. Si el ala mide 7 metros tú la sientes como tal y el armamento que cuelga debajo lo mismo. No me lo puedo creer.
Me revuelvo en la silla y veo las enormes turbinas rugiendo detrás de mí. Todo tiene el tamaño que tiene en la vida real. Sin detener el viraje miro al suelo y siento que estoy volando de verdad, continúo virando hasta completar un tonel y a mi cuerpo le faltan sensaciones pero mi cabeza casi se lo cree.
Al nivelar los planos el Sol se cuela en la cabina desde atrás iluminando los instrumentos y puedo apreciar su profundidad. Me fijo en el horizonte artificial y de verdad parece una bola que casi puedes tocar, las pantallas multifunción, los relojes y los interruptores... todo se ve y se siente como si realmente estuviera ahí.
Madre mía! por primera vez en mi vida un simulador casero me transmite las mismas sensaciones que la vida real. La sensación de presencia es tan grande y está tan conseguida que por momentos crees que estás a 10.000 pies de altura sentado en la cabina de un A-10.
Me ajusto las gafas, poso mis pies sobre los pedales y agarro el volante. Miro a mi alrededor y allí estoy, dentro de la cabina de un Porsche 911 en la parrilla de salida del mítico circuito de Monza. Muevo el volante de lado a lado y veo como mis brazos virtuales responden exactamente a los movimientos que estoy haciendo en el mundo real. Acerco la cara y puedo ver cada detalle del cuero del salpicadero, los relojes, los difusores de aire... casi parece que si alargo la mano puedo abrir la guantera. Echo un vistazo al espejo retrovisor interior y veo al resto de coches detrás de mi.
Se apaga el semáforo y empieza la carrera, piso a fondo y logro controlar el tren trasero mientras me adelanta por la izquierda un SLS AMG gris, miro su rueda delantera y puedo distinguir las pinzas de freno, parece que estoy viendo el coche de verdad, todo tiene el tamaño que tiene en la vida real y eso es lo que más me maravilla de esta nueva forma de jugar, porque las cosas en un monitor se muestran tan grandes como el monitor lo permita, pero aquí te puedes hacer una idea perfectamente de lo que se siente a los mandos de un coche determinado.
Como curiosidad, comentaros que hice la prueba de dejar conducir en un monitor de 30" a gente que sabe conducir pero que sin embargo no tiene contacto con los videojuegos. ¿El resultado? más o menos se defendían, pero cada dos por tres acababan en la cuneta y algo frustrados.
Inmediatamente después condujeron con las HTC Vive puestas y ninguno se salió ni una sola vez de la carretera, no batieron ningún récord de tiempo pero su nivel de conducción había mejorado de forma notable por el 'simple' hecho de sentirse dentro del coche. Y es que, gracias a las gafas de RV, la sensación de profundidad es tan precisa que puedes calcular con elevada exactitud la distancia entre coches o tomar las curvas ajustando al máximo, lo que repercute en tu forma de conducir.
Me ajusto las gafas, poso mis pies sobre los pedales y agarro el volante. Miro a mi alrededor y allí estoy, dentro de la cabina de un Porsche 911 en la parrilla de salida del mítico circuito de Monza. Muevo el volante de lado a lado y veo como mis brazos virtuales responden exactamente a los movimientos que estoy haciendo en el mundo real. Acerco la cara y puedo ver cada detalle del cuero del salpicadero, los relojes, los difusores de aire... casi parece que si alargo la mano puedo abrir la guantera. Echo un vistazo al espejo retrovisor interior y veo al resto de coches detrás de mi.
Se apaga el semáforo y empieza la carrera, piso a fondo y logro controlar el tren trasero mientras me adelanta por la izquierda un SLS AMG gris, miro su rueda delantera y puedo distinguir las pinzas de freno, parece que estoy viendo el coche de verdad, todo tiene el tamaño que tiene en la vida real y eso es lo que más me maravilla de esta nueva forma de jugar, porque las cosas en un monitor se muestran tan grandes como el monitor lo permita, pero aquí te puedes hacer una idea perfectamente de lo que se siente a los mandos de un coche determinado.
Como curiosidad, comentaros que hice la prueba de dejar conducir en un monitor de 30" a gente que sabe conducir pero que sin embargo no tiene contacto con los videojuegos. ¿El resultado? más o menos se defendían, pero cada dos por tres acababan en la cuneta y algo frustrados.
Inmediatamente después condujeron con las HTC Vive puestas y ninguno se salió ni una sola vez de la carretera, no batieron ningún récord de tiempo pero su nivel de conducción había mejorado de forma notable por el 'simple' hecho de sentirse dentro del coche. Y es que, gracias a las gafas de RV, la sensación de profundidad es tan precisa que puedes calcular con elevada exactitud la distancia entre coches o tomar las curvas ajustando al máximo, lo que repercute en tu forma de conducir.
JUEGOS
Un juego en tercera persona como Lucky's Tale, que a priori parece un plataformas del montón en el que manejamos un zorrillo con el mando de la Xbox, cambia completamente en el momento en que te pones las gafas, porque inmediatamente pasas a formar parte del mundo por el que movemos al personaje.
Te puedes asomar, agachar y acercar al escenario como si realmente estuvieras allí. No se puede describir, hay que vivirlo. Deciros que para el que lo ve en la pantalla es un juego simplón y sin ningún tipo de aliciente.
Pero cuando realmente disfrutas de una inmersión completa, es interpretando a un personaje en primera persona que se infiltra en un complejo de oficinas vigilado por robots asesinos.
Para evitar que te descubran, tienes que esconderte detrás de una pared, asomar la cabeza por el marco de la puerta y pensar de qué manera distraer a los robots o tumbarlos para continuar tu infiltración.
En ese momento es cuando sientes que formas parte del mundo virtual y que tus acciones tienen una consecuencia en el mismo. Que lo sigiloso y ágil que seas en ese mundo ,depende del estado de forma en el que te encuentres en el mundo real, porque si no eres capaz de agacharte, moverte con cierta agilidad o lanzar cuchillos con destreza, los robots te darán caza enseguida. Esto si que es realidad virtual y espero que los desarrolladores sigan por ese camino de infinitas posibilidades.
Imagina: me pongo las gafas y de repente veo que el mando que agarro con mi mano derecha se ha convertido en una pistola y el de la izquierda en una linterna. Es de noche y me encuentro en medio de un descampado rodeado por edificios en llamas.
Oigo un rugido a mi espalda. Me vuelvo pero no veo nada, alzo mi linterna y ahí está: un zombi que se acerca hacia mi, despacio pero amenazante. Apunto con la pistola y presiono el gatillo, impacto directo. Ilumino en todas direcciones y veo otro zombi y otro más detrás de mi, disparo y disparo hasta que me quedo sin balas, presiono la empuñadura, meto otro cargador y sigo defendiéndome de estas criaturas del infierno...
Te puedes asomar, agachar y acercar al escenario como si realmente estuvieras allí. No se puede describir, hay que vivirlo. Deciros que para el que lo ve en la pantalla es un juego simplón y sin ningún tipo de aliciente.
Pero cuando realmente disfrutas de una inmersión completa, es interpretando a un personaje en primera persona que se infiltra en un complejo de oficinas vigilado por robots asesinos.
Para evitar que te descubran, tienes que esconderte detrás de una pared, asomar la cabeza por el marco de la puerta y pensar de qué manera distraer a los robots o tumbarlos para continuar tu infiltración.
En ese momento es cuando sientes que formas parte del mundo virtual y que tus acciones tienen una consecuencia en el mismo. Que lo sigiloso y ágil que seas en ese mundo ,depende del estado de forma en el que te encuentres en el mundo real, porque si no eres capaz de agacharte, moverte con cierta agilidad o lanzar cuchillos con destreza, los robots te darán caza enseguida. Esto si que es realidad virtual y espero que los desarrolladores sigan por ese camino de infinitas posibilidades.
Imagina: me pongo las gafas y de repente veo que el mando que agarro con mi mano derecha se ha convertido en una pistola y el de la izquierda en una linterna. Es de noche y me encuentro en medio de un descampado rodeado por edificios en llamas.
Oigo un rugido a mi espalda. Me vuelvo pero no veo nada, alzo mi linterna y ahí está: un zombi que se acerca hacia mi, despacio pero amenazante. Apunto con la pistola y presiono el gatillo, impacto directo. Ilumino en todas direcciones y veo otro zombi y otro más detrás de mi, disparo y disparo hasta que me quedo sin balas, presiono la empuñadura, meto otro cargador y sigo defendiéndome de estas criaturas del infierno...
DEMOS y EXPERIENCIAS
Aquí podríamos clasificar todos aquellos programas que no tienen otra finalidad que demostrar, por medio de experiencias cortas y pequeños juegos de lo que son capaces de hacer las gafas de realidad virtual.
Así por ejemplo podemos bajar al fondo del mar y disfrutar de la fauna y flora que lo habita, desde anémonas y pequeños peces hasta ballenas pasando por mantas y tortugas.
Os puedo asegurar que tumbarte en el suelo con un cojín en la cabeza y dejar la mente en blanco mientras ves pasar los peces sobre tu cabeza es una experiencia muy relajante.
The Lab se compone de pequeños juegos como defender una fortaleza con un arco, visitar localizaciones reales, interactuar con un perro robot, disparar un tirachinas gigante o estar dentro de un arcade de naves de los de toda la vida pero moviendo la nave directamente con tu mano.
De todo este conjunto de mini-juegos el que más me ha gustado ha sido el del tiro con arco. Me encuentro en lo alto de una almena, a mi izquierda hay un arco, lo agarro e inmediatamente mi mando derecho se convierte en una flecha, la acerco al arco con la intención de disparar y tiro hacia atrás, siento como se tensa la cuerda y no me lo puedo creer, realmente tengo un arco en mis manos!
Disparo y le doy de lleno a un monigote que arenga a sus soldados que corren a esconderse y empiezan a aparecer por varios sitios pertrechados con cascos, escudos y espadas intentando llegar hasta la puerta de mi castillo para tirarla abajo. Termina la partida y noto que mis hombros y brazos han trabajado como si hubiera estado haciendo gimnasia.
Os puedo asegurar que tumbarte en el suelo con un cojín en la cabeza y dejar la mente en blanco mientras ves pasar los peces sobre tu cabeza es una experiencia muy relajante.
The Lab se compone de pequeños juegos como defender una fortaleza con un arco, visitar localizaciones reales, interactuar con un perro robot, disparar un tirachinas gigante o estar dentro de un arcade de naves de los de toda la vida pero moviendo la nave directamente con tu mano.
De todo este conjunto de mini-juegos el que más me ha gustado ha sido el del tiro con arco. Me encuentro en lo alto de una almena, a mi izquierda hay un arco, lo agarro e inmediatamente mi mando derecho se convierte en una flecha, la acerco al arco con la intención de disparar y tiro hacia atrás, siento como se tensa la cuerda y no me lo puedo creer, realmente tengo un arco en mis manos!
Disparo y le doy de lleno a un monigote que arenga a sus soldados que corren a esconderse y empiezan a aparecer por varios sitios pertrechados con cascos, escudos y espadas intentando llegar hasta la puerta de mi castillo para tirarla abajo. Termina la partida y noto que mis hombros y brazos han trabajado como si hubiera estado haciendo gimnasia.
MI OPINIÓN
Aunque cada mes van apareciendo nuevos juegos y experiencias, creo que esta primera hornada de gafas (HTC-Oculus) ha salido un poco floja de contenido. Hasta que eso se solucione, los que más partido van a sacarle son los amantes de los simuladores de vuelo y de conducción, porque cambia totalmente las reglas del juego.
Algunas de las personas con las que he hablado sobre la Realidad Virtual y no habían probado nunca las gafas, se imaginaban que sería algo parecido al cine 3D y debo decir que ni de lejos.
No digo que esto vaya a sustituir al juego de toda la vida, pero una vez hayáis pilotado un coche o un avión con las gafas de realidad virtual ya no querréis hacerlo en un monitor nunca más, por grande que este sea.
Puedo aseguraros que lo que hayáis visto en vídeos no tiene nada que ver con lo que se siente con las gafas. Cuesta entenderlo porque no se puede explicar con palabras, pero es como ver la vida a través de una ventana (monitor) o salir a la calle y formar parte de ese mundo.
Aunque parece que la resolución de las pantallas es suficiente, delante de cada ojo hay un panel de 1080x1200px que conforman una pantalla de 2160x1200px. Lo cierto es que tenerlas tan cerca de los ojos y ampliadas por dos lentes fresnel hace que en ocasiones seamos capaces de ver la rejilla de los píxeles más de lo que sería deseable. El efecto es parecido al que vemos cuando cae una gota de agua encima de la pantalla de un smartphone, hace de lupa y se ve la cuadrícula.
También es verdad que eso lo vemos los que estamos todo el día rodeados de tecnología y hablando de resoluciones y píxeles, porque una persona que no esté tan al día, en principio no echará de menos más resolución. No obstante, os aseguro que la sensación de presencia es tan espectacular y apabullante, que al final sale a cuenta y te olvidas de todo.
La solución a esto es aumentar la resolución de las pantallas, por ejemplo instalando un panel 4K en cada ojo. El siguiente problema es que la potencia para mover gráficos a esa resolución (3840x2160) a una tasa de 90 imágenes por segundo (FPS) y encima por duplicado (ojo izquierdo y ojo derecho) es tan descomunal que aún no se ha inventado la tarjeta gráfica capaz de hacerlo.
Esto es cuestión de tiempo y preveo que un par de años la RV tal y como la conocemos ahora parecerá de la prehistoria.
Ayer mismo me llegaban las Oculus-Rift, en cuanto pueda probarlas a fondo escribiré otra entrada comparando los dos dispositivos.
Espero que hayáis disfrutado, cualquier duda, sugerencia o pregunta la podéis dejar en los comentarios y si os apetece compartirlas, estaré encantado de leer vuestras experiencias.
Si estás pensando en comprar un ordenador para VR, échale un vistazo a la entrada sobre los componentes que he utilizado para montar el mío.
Mini PC para Realidad Virtual y 4K
Un saludo,
© Ismael Jordá
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